Playa de arena blanca y fina en una preciosa zona de acantilados. Se conserva en estado natural. Cuenta con un paseo de varios kilómetros de longitud que se construyó respetando el entorno natural por el que discurre.
Conviene destacar también la cruz que domina la parte oriental de la playa, a la que se puede acceder por un camino de unos 300 m desde el aparcamiento y observar una preciosa panorámica de la playa.